Enteracionis previas

Bienllegaus al entramientu del nuestru dizionariu castillanu-estremeñu. Vos recomendamus que lo leyais enantis de consultal el dizionariu.

Bienvenidos a la introducción de nuestro diccionario castellano-extremeño. Os recomendamos que lo leáis antes de consultar el diccionario.

DICCIONARIO DE EQUIVALENCIAS CASTELLANO-ESTREMEÑU
por ISMAEL CARMONA GARCÍA

Profesor de Latín
Presidente del OSCEC
Primera edición, feb. 2017.
Edita: Ismael Carmona García.
Diseño de la portada: Ismael Carmona García.
Depósito legal: CC-73-2017.
Todos los derechos reservados.
Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra sin la autorización escrita del autor.

PRÓLOGO

I EL EXTREMEÑO

El extremeño o estremeñu es el romance hablado en gran parte de Extremadura y comarcas aledañas como El Rebollar, Sierra de Francia, Sierra de Béjar, Aravalle, La Jara, Montes de Toledo y norte de Huelva. Pertenece al grupo de las lenguas peninsulares occidentales como el gallego, portugués, asturiano o leonés, pero a diferencia de ellas, su proceso de normativización es más tardío, el amparo legal y la alfabetización, nulos. Características fonéticas, gramaticales y léxicas lo apartan del castellano, si bien su influencia en los últimos siglos ha sido significativa. A pesar de que todas las clasificaciones para el extremeño han sido erróneas, desproporcionadas o incluso denigrantes, entendemos que tales despropósitos parten de un conocimiento sesgado, parcial, insuficiente o lo que es peor, prejuicioso, de lo que se habla en Extremadura. Partiendo la mayor parte de las veces de estudios desfasados, seculares y de perspectivas centralistas, poco objetivas lingüísticamente, los que han escrito o divulgado sobre las lenguas de Extremadura han sido poco cuidadosos a la hora de describir o clasificar.

Después de quince años de estudio, de leer lo que escribieron sobre el extremeño los que se suponen que tienen autoridad (que no conocimiento) para hablar sobre él y de recorrer Extremadura, sur de Salamanca y el Aravalle conociendo gentes de todos los pueblos, se ven realidades contradictorias, desde los prejuicios más rancios y personales, hasta el orgullo exorbitado basado en clichés. De todo eso, solo la observación, el estudio y análisis ha sido útil, desechando todo aquello que suponía un juicio no lingüístico del idioma, dado que no tiene cabida en trabajos que se consideran serios en sus propósitos y formulación.

Debido al cotejo con los romances más inmediatos (portugués dialectal, castellano dialectal, fala, leonés, gallego y asturiano), en los aspectos más significativos de toda lengua, a saber, en su fonética, morfología, sintaxis y vocabulario, se deduce que lo hablado por los extremeños que no son lusofalantes ni falantes es un romance occidental meridional. Romance en tanto que procede de los cambios del latín hablado de las poblaciones lusitanas, vetonas y célticas con toda la historia que nos lleva a la lengua actual. Occidental porque está más relacionada con lenguas como el gallego, portugués o leonés que con el castellano en todos los niveles de la lengua, por lo que son razones lingüísticas y geográficas. Meridional en cuanto a disposición con relación al grupo de lenguas occidentales.

Como todas las lenguas romances, es en su estructura más profunda donde se desvelan las raíces del romance extremeño. Debido a la influencia del lenguaje administrativo (desde tiempos pretéritos en castellano), la iglesia (primero en latín, luego en castellano), la Mesta (castellano con voces dialectales del norte) y, desde hace escasos años, la escuela (netamente en castellano, aunque actualmente en castellano, inglés y portugués), el extremeño, al igual que muchas lenguas minorizadas parece desdibujarse entre una norma ajena. Debemos considerar una enorme fortuna que, a pesar de todo ese peso social y económico oprimiendo las formas vernáculas de comunicación, se haya conservado, en muchos aspectos, intacta una realidad lingüística enormemente rica y particular. Por eso, en sus voces más singulares y en su gramática es donde hay que buscar aquellos hechos más singulares. Sirvan de aproximación estas notas sobre su léxico y gramática para establecer desde esta introducción que este diccionario no constituye el núcleo de la lengua, sino solo una somera presentación de los elementos que en ellos se articulan.

Voces como chinanclu, envernecel, fusca, cambaleal, picoruchu, avexinal, bucheta, achumbal, embarral, lefi o chufardu nos muestran formas latinas con una pronunciación arcaica, más cercana a los primitivos romances peninsulares y, por ende, a lenguas como el portugués o el aragonés. Neutros colectivos e incontables como fusca, riza, espigajera, froncia, garulla, verija o coturra siguen vigentes. Formas nominales deverbativas aparecen opuestas por su intensidad: canti/cantiquiña, ahogu/ahoguiña, sofocu/sofoquiña, tracamundeu/tracamundina. El mundo nominal juega entre lo meramente enunciativo y la valoración apreciativa, algo que es de reseñar dentro de las lenguas occidentales, pues es similar al gallego o el portugués, y que establece una cosmovisión a través del lenguaje difícilmente asequible para un hablante que no sea nativo: cambión/cambioninu, altavos/altavozina, deu/deínu, probi/probinu/probitu. En los casos de los adjetivos, oponen grados de afectación apreciativa a través de la acumulación de morfemas afijados: chicu/chiquinu/chiquininu/chiquirrininu, delgau/delgaínu/delgaininu.

Multitud de verbos se oponen meramente por su aspecto: acezal/cezal, abrandecel/abrand(i)al, aclarecel/aclaral/clareal, piteal/apital/pital, repunteal/repuntal, entristecel/atristal. El concepto de acción verbal continua con diversificación en el significado espacial o nocional se expresa mediante los sufijos -era y -eru añadidos al tema verbal: ahogaera «situación angustiosa», açogaera «azogamiento continuo», suaera «lugar por donde se suda; sobaco», agarraera «lugar por donde se agarra), aburrieru «situación tediosa», hundieru «depresión», esbarrancaeru «barranco que sigue formándose por la erosión continua». La oposición entre voz activa y voz media es apreciable: pensar/pensal-si «pensar/creer», hablal/hablal-si «hablar/tener relaciones», abaxal/abaxal-si «hacer bajar/humillarse», justifical/justifical-si «justificar/identificarse», encordial/encordial-si «incordiar/irritarse». Perviven multitud de formas participiales fuertes, bien como adjetivos o bien como participios: presu, despresu, pagu, descalçu, secu, salvu, suspensu, etc.

En el plano sintáctico, multitud de particularidades relativas al orden de las palabras, de mal llamados regímenes o concordancias, dan a mostrar una lengua flexible, viva y con estructuras fijas que se insertan para organizar, explicar o matizar el discurso. Con relación al orden, la estructura es regente + regido con raras excepciones (demostrativos, posesivos, numerales, ponderativos) y en la frase, según sea enunciativa, interrogativa o negativa, hay diferencias de colocación del sujeto con relación al verbo: La muchacha comi gaspachu/No comi gaspachu la muchacha/Comi la muchacha gaspachu? La ergonomía en el sintagma nominal da matices de sentido a la hora de estructurar sus miembros: esta isla/la isla esta/la vuestra isla/la mesma isla/tola isla/la isla toa. En relación al artículo indeterminado, hay variación de colocación según sea afirmativo o negativo: una becicleta/becicleta nenguna. Hay adjetivos como escapás, igual, mejol o inferiol que carecen de distinción de número y no concuerdan morfológicamente: los poyus son inferiol alos escañus «los poyos son inferiores a los escaños»; no semus escapás de entendé-lu «no somos capaces de entenderlo». Numerosos verbos añaden un matiz de intencionalidad mediante procedimientos analíticos en la sintaxis de la oración: si quieris de venir con nusotrus, avía-ti «si tienes la intención de venir con nosotros, prepárate». Otros, en cambio, se forman de manera peculiar por exigir complementos preposicionales determinados: gustal de, consejal-si de, alampal por, abitual-si en. Restos del acusativo de extensión con valor nocional encontramos en el uso del verbo estar + a + infintivo, similar al del portugués: estó a comel «estoy comiendo». Hay oraciones subordinadas donde el sujeto está introducido por la preposición de como ocurre en catalán: Le falta de trael el oriéganu «le falta traer orégano». Al no existir la voz pasiva, sino estructuras participiales con diferentes verbos, normalmente viene introducido por la preposición de lo que en castellano sería con por: essi vestíu estava vistu de nusotrus «ese vestido fue visto por nosotros». Infinidad de locuciones y partículas ayudan a estructurar el discurso y a matizarlo en cada momento: pui, velaí, di, a trocu de, de má que, de mó que, antigual de, por mó de, por causa de, sin embargu, en tiempu, antis i conantis, etc.

II EL DICCIONARIO DE EQUIVALENCIAS

Hace algunos años, debido al auge que tuvo la lengua extremeña en ciertos ambientes de la Red, me vi abocado a elaborar un pequeño diccionario a partir de materiales que ya tenía cotejados, bibliografía y de otros recogidos en los trabajos de campo. Aquel pequeño palabrero vino cercano a una ortografía y posteriormente a una morfología. Como la situación acerca de la normalización lingüística, por fortuna, pudo encaminarse desde un órgano consultor como lo es la Comisión de Lengua del Órgano de Seguimiento y Coordinación del Extremeño y su Cultura y los trabajos lexicográficos habían producido una ingente cantidad de palabras procedentes de todos los puntos de Extremadura, ahora sí, recogidas en un diccionario con criterios filológicos, la urgencia con la que demandaban los estudiantes de extremeño, los escritores y los paisanos interesados en revitalizar la lengua en sus respectivos pueblos, me apremiaron lo suficiente como para ponerme manos a la obra hace cuatro años.

Después de largas horas vertiendo palabras desde el Diccionario General del Extremeño, se ha llegado a una cifra de vocabulario no desdeñable para cubrir las necesidades de traducción y estudio en buena parte de los campos léxicos más usuales. Esto no quiere decir, empero, que el diccionario quede cerrado, antes bien, se trata de una obra abierta que forzosamente verá publicadas sucesivas ediciones ampliadas y revisadas a medida que los materiales sigan creciendo y las necesidades de todos aquellos que deseen profundizar en el estudio y en el uso de la lengua aumenten.

Esta obra está pensada, en principio, para todos aquellos extremeños alfabetizados en castellano que sufrieron la desvirtuación de su lengua materna a favor de la lengua oficial del Estado. Puesto que el sistema aún no reconoce el extremeño como lengua, a pesar de ser objeto de advertencia, estudio y reconocimiento por diversas instituciones internacionales, y que no hay a día de hoy ningún atisbo de alfabetización en esta lengua por parte de la Administración pública ni por organismos particulares, urge la publicación de materiales que incentiven a todos aquellos extremeños que se vieron y se siguen viendo privados de una base con la que poder leer, escribir, expresarse y comprender el extremeño.

En segundo lugar, el aumento de escritores que se animan a hacerlo en extremeño o en variedades locales en estos últimos años exige una consecución y coherencia interna. Al carecer estos autores de los principios básicos de escritura del extremeño y al estar, muchos de ellos, profundamente castellanizados, es natural que tiendan al castellano cuando escriben, tanto en estructuras como en vocabulario. Para ellos, esta herramienta léxica les resultará muy útil para cubrir aquellas lagunas léxicas debido no solo a la variedad de entradas, sino también a la cantidad de sinónimos que se despliega en cada una de ellas y a las posibilidades derivadas de una publicación como esta en formato digital.

Esto no quiere decir en absoluto que con un diccionario ya se aprenda una lengua y que el extremeño consista en sustituir palabras con una gramática ajena. Este diccionario es solo una ayuda, una obra de consulta y manejo, que en ningún momento pretende suplantar las reglas gramaticales del extremeño: esta obra solo es una pieza del engranaje interno de la lengua y que sin una gramática, una ortografía y un diccionario general queda coja. A pesar de ello, en este diccionario se han dado algunas claves de uso de vocabulario, se han agrupado los sinónimos más próximos, aislados los secundarios y parciales y se han dado notas de semántica y usos de palabra para que el principiante no cometa excesivos errores a la hora de expresarse en esta lengua. No hay que olvidar que cada palabra tiene una connotación y un matiz concreto que solo el hablante nativo o el estudiante después de mucho usar la lengua puede percibir y que en ningún momento se puede hacer un uso aleatorio de las palabras. Así en ningún momento se deben utilizar como intercambiables voces como abraçal, amorejal y arrecucal, pues, a pesar de que vengan en la misma entrada, cada una tiene semas distintos y por lo tanto, cada una es adecuada para un contexto determinado.

Esta obra, asimismo, aparte de su contribución léxica, pretende ser un punto de apoyo a la normalización lingüística del extremeño. Debido al caos de grafías y variantes, es necesario tener una referencia, un soporte, para generalizar el uso de un extremeño estándar que nos permita comunicarnos dentro de nuestra rica variedad antes de que sucumba por la implantación de la lengua oficial. Es evidente que las herramientas de expansión de una lengua y la otra están en completa desigualdad, principalmente originada por cuestiones sociales, económicas e históricas. Es por ello que una de las formas de impulsar una lengua minorizada y en grave peligro de extinción sea fomentar todos aquellos trabajos que con un rigor filológico y lingüístico contribuyan a difundirla.

Al tratarse de un diccionario de traducción, además de dar las equivalencias de las palabras más usuales en castellano, se ha pretendido incorporar palabras más específicas de los diversos ámbitos como la agricultura, la ganadería, la apicultura, la gastronomía, la tecnología o la informática.

En definitiva, no se trata de una obra anhelante ni nostálgica: este diccionario pretende dar vigor a un mecanismo tan natural como es el aprendizaje de la lengua, si bien para muchos, el referente de esa lengua ya desapareció hace años debido a la profunda diglosia a la que se ve sometida Extremadura y al brusco proceso de castellanización a través de una alfabetización que desecha e incluso denigra las lenguas autóctonas.

III FUENTES

Este diccionario emplea como fuente básica el Diccionario General Extremeño, obra a día de hoy inconclusa, que constituye la mayor base de datos léxica del vocabulario extremeño. Esto ha dado pie a la variedad de sinónimos y acepciones que se ve en esta obra y a la especificación de uso de ciertas voces según se señalan en las entradas. Como el trabajo ha sido tan largo, se ha ido actualizando con nuevas entradas y acepciones a medida que marchaba el proceso de redacción, ampliando enormemente los materiales hasta que se vieron prácticamente todos volcados.

Asimismo cuenta con un grupo de entradas, acepciones y anglicismos y castellanismos consensuados por la Comisión del Lengua del OSCEC producto de las frecuentes reuniones de sus miembros en Cáceres a fin de dar cabida a voces contemporáneas de poca tradición en la lengua. A pesar de ser numerosos para el tamaño de esta obra, no están todos, puesto que el trabajo de esta Comisión sigue en funcionamiento engrosando el corpus de voces relativas a ámbitos más específicos como la ciencia, tecnología, informática y deportes.

IV EL EXTREMEÑO ESTÁNDAR

Desde el congreso sobre el patrimonio lingüístico celebrado en Cáceres en 20043, una de las propuestas que se hicieron por parte de algunos los ponentes y mía propia fue la de establecer un extremeño normativo con el fin de salvaguardar el futuro de las variedades romances extremeñas. La propuesta vino a reforzarse años después desde el Órgano de Seguimiento y Coordinación del Extremeño y su Cultura, desde donde se viene trabajando desde el 2011 para la regularización de la escritura, vocabulario y gramática.

No habría necesidad de toda esta ingente labor lingüística y social si la presión de la lengua oficial no hubiera arrinconado y borrado de la memoria la existencia de variedades romances extremeñas de origen occidental, ya que la gente lo seguiría hablando a pesar de no haber una norma común puesto que seguiría legándose de padres a hijos de una manera natural4. Como la situación es mucho más grave incluso, salvaguardar el rico patrimonio lingüístico y, por ende, cultural de Extremadura, parte de la idea de unificar criterios y redactar un compendio de normas y materiales que sirvan de base para el aprendizaje, esta vez no de padres a hijos, si no como quien estudia una lengua extranjera, ya que hasta ese punto se ha llegado.

La base de ese extremeño estándar se encuentra en las variedades más occidentales, por ser estas la de mayor conservación en los diversos niveles gramaticales y en el vocabulario. Se ha enriquecido con el léxico de todas las zonas de Extremadura que no son de lengua portuguesa o fala y se han desechado todas aquellas estructuras, formas o palabras desviadas por obra de la alfabetización en castellano. A pesar de que es impensable fijar una lengua por muchas normas que se redacten dimanadas de su uso, lo que aquí se busca no es acotar, sino establecer y orientar, en otras palabras, dar una base y referencia de la lengua con el objetivo de partir de ella para el aprendizaje, escritura y expresión, sin marginar en ningún momento las variedades extremeñas, antes bien, reforzándolas. Solo así se da un mínimo de garantía para la supervivencia de una lengua que, como otras tantas, sucumbe por el peso de las lenguas mayoritarias y la globalización, salvaguardando así toda la cosmovisión que viene ligada a esa lengua en la medida de lo posible.

DESCRIPCIÓN DEL DICCIONARIO

USO Y LECTURA DE ENTRADAS

Cada entrada presenta una estructura muy simple de lectura y comprensión, ya que de lo que se trata es de dar una equivalencia de la voz castellana en extremeño. Esta primera edición comprende más de 15.000 entradas, por lo que la variedad de términos es bastante amplia. Básicamente encontramos el siguiente esquema:

lema. + aparato gramatical castellano+ (APARATO SEMÁNTICO) + equivalencia + aparato gramatical extremeño.

abandono. m abandonu m.

EL LEMA

El lema es la palabra en castellano que se consulta y viene delimitada por un punto en negrita. Se ha prescindido de nombres propios y formas verbales. Para el caso de los adjetivos de dos terminaciones, la segunda terminación viene marcada con un guión.

esmerado, -a. adj (dicho de alguien) esmerau, -á adj; (poco esmerado) socochón, -ona adj.

Es posible encontrar tres tipos de lemas especiales: formas compuestas de dos o más palabras, voces no aceptadas por ser extranjerismos no adaptados y locuciones latinas.

En el primer caso, suelen ser nombres de plantas o animales.

hierba callera. f BOT sanalotón m.

En el segundo, son nombres relacionados con la tecnología, la moda, el deporte o la informática. En este caso van en cursiva.

indie. m indie m.

Algunos lemas en latín por tener locuciones adaptadas o correlativas en extremeño vienen recogidas en el diccionario. También van en cursiva.

in albis. loc in albis, en gálvini loc || fr dejar ~ ~: queal in albis fr; quedarse ~ ~: queal-si in albis fr.

EL APARATO GRAMATICAL CASTELLANO

Se trata de la anotación abreviada con relación al tipo de palabra que es en castellano. Los sustantivos vienen marcados únicamente por el género (m/f/com), mientras que los verbos están indicados por sus voces, si son activos o medios (act/med). Las abreviaturas correspondientes son las siguientes:

act activo
adj adjetivo
adv adverbio
com epiceno
conj conjunción
f femenino
fam familiar
fam! muy familiar, malsonante
interj interjección
m masculino
med medio
part partícula
part sub  partícula subordinante
pl plural
pond ponderativo
prep preposición
pron pronombre
voc vocativo

APARATO DE CAMPO SEMÁNTICO

Aquellas voces específicas de una determinada área del saber humano vienen marcadas por una abreviatura en mayúscula y cursiva. Esto constituye una primera ayuda a la hora de acotar el campo de acción de una palabra e impedir un uso incorrecto de ella en un ámbito que no le es propio.

AGR Agricultura
ALB Albañilería
ANAT Anatomía
ANTR Antropología, costumbre
APIC Apicultura
ARQ Arquitectura
BOT Botánica
CINEG Cinegética
COST Costura, corte
CUL Culinaria, Gastronomía
DEP Deporte
DER Derecho
DIV Divertimento, juego
ECON Economía
ENO Enología
ENT Entomología
GAN Ganadería
GENT Gentilicio
GEO Geología
GEOM Geometría
INFORM Informática
HIPOC Hipocorístico
MAT Matemáticas
MATAN Matanza
MED Medicina
METEOR Meteorología
MIC Micología
MIL Milicia
MOL Molienda
MÚS Música
PESC Pesca
QUÍM Química
REL Religión
TEC Tecnología
ZOOL Zoología

APARATO DE ORIENTACIÓN SEMÁNTICA

El aparato de orientación semántica es un elemento clave a la hora de determinar el uso de las equivalencias. Se trata de unas orientaciones escritas en cursiva entre paréntesis inmediatamente antes de la equivalencia en extremeño. Esto ayuda a determinar el contexto donde se da esa palabra, el uso que tiene o el matiz, ya que precisa y delimita aún más la voz de referencia en castellano.

alisar. act alisal act; (una pared quitando agujeros) desabural act; (estirar) restiral act.

Estos aparatos además dan pie a introducir derivados y otras formas léxicas relacionadas que de otra manera no tendrían cabida en este diccionario debido a la falta de correspondencias con el castellano.

alpechín. m MOL alperchín, pechín, espechín, espechurru, espechurri, borrinchi, horín m, borraja f; MOL (espuma del alpechín) pechindangu m; MOL (lugar donde cae el alpechín) infernillu m.

Hay que señalar, asimismo, que toda entrada que sea adjetival, lleva una especificación de si aquello a lo que se refiere es persona, animal o cosa o algo más determinado, con el fin de ajustar su uso. Se exceptúan los numerales, los posesivos, los gentilicios y los hipocorísticos.

empalagoso, -a. adj (dicho de un alimento) empalagosu, -a adj 2 (dicho de alguien) empalagosu, -a, empachosu, -a adj; pegostón, -ona adj; pegajizu, -a, socotraju, -a adj; (actuar de manera empalagosa) çalameal act.

EQUIVALENCIAS

En las equivalencias en extremeño de la voz castellana, como es obvio, la mayor parte de las ocasiones no se da una equivalencia total, puesto que las voces siempre tienen algún sema o alguna connotación que las hace diferir del castellano en algo. A pesar de ello, siempre se han dado las acepciones que más se aproximan a las definiciones del castellano.

En ocasiones nos encontramos con varias equivalencias para una misma palabra castellana (sinonimia) que vienen unidas con comas. En estos casos, el uso de una forma u otra queda a gusto del hablante por causas geográficas, estéticas o expresivas.

útil. m avíu, achiperri, talabartu, aguisillu m; alpéndaris mpl; (lugar donde se almacena) dispensaeru m.

Únicamente cuando hay variación de género o número se especifica, no sin ello cambiar la sinonimia entre las diversas voces dadas.

En aquellas entradas en las que las palabras equivalentes aparecen separadas por puntos y comas, pero no llevan indicadores semánticos, es porque difieren levemente unas de las otras y solo el hablante puede discernir entre su uso, función y contexto.

tranquilidad. f tranquilidá, tranquileza f; tranquilera f; (no tener tranquilidad) no tenel atranquiju fr 2 (reflexión) tranquiju m || fr tomar con ~: tomal con tranquiju fr.

En este ejemplo, las voces tranquilidá y tranquileza son sinónimas, mientras que tranquilera apenas se emplea en frases ponderativas o exclamativas, por lo que, a pesar de que signifiquen cosas similares, su uso difiere.

Las diversas acepciones de la voz castellana vienen separadas por números en negrita, la mayor parte con orientaciones semánticas para matizar el término.

línea. f liña f; (de trabajo, de esfuerzo, etc.) hilaera f 2 (escrita) liña f, vessu m.

APARATO GRAMATICAL DEL EXTREMEÑO

Tras una equivalencia o una secuencia de equivalencias aparece un marcador gramatical parejo al del castellano, pero que indica las categorías en extremeño. Este aparato es muy útil a la hora de hallar las oposiciones entre las dos lenguas, ya que muchas veces ni los géneros ni las voces de los verbos, o incluso la propia categoría de las palabras son las mismas.

nácar. m naca f.

Los indicadores gramaticales para el extremeño son los siguientes:

amb ambiguo
act activo
adj adjetivo
adv adverbio
com epiceno
conj conjunción
d dual
f femenino
fam familiar
fam! muy familiar, malsonante
interj interjección
m masculino
med medio
n neutro
part partícula
pl plural
pond ponderativo
prep preposición
pron pronombre
voc vocativo

EXPRESIONES, LOCUCIONES Y FRASES

Tras las equivalencias pueden aparecer seguidas de dos barras verticales (||) expresiones (expr), locuciones (loc) o frases (fr) hechas. Se da en negrita y en cursiva omitiendo la palabra castellana y a continuación se da la equivalencia en extremeño que puede tener el mismo formato u otro distinto, ya que, como ya dijimos arriba, no siempre concuerdan las categorías y para lo que en castellano es una locución en extremeño es un adverbio y viceversa. En el caso de darse expresiones, locuciones o frases en una acepción, vienen separadas por barras verticales.

noche. f nochi f; (mala noche) nocharrá f || expr buenas ~s: buenas nochis, buenas nochis mos dé dios expr || fr dar las buenas ~s: dal las nochis fr.

nutritivo, -a. adj (dicho de un alimento) con alimentu loc || fr ser ~: tenel alimentu fr.

OTRAS INFORMACIONES DADAS

Indicadores de régimen

Numerosas equivalencias presentan al lado entre corchetes una preposición. Con esto se quiere decir que esa voz en extremeño lleva regida una determinada palabra a través de esa preposición. Se ha hecho hincapié fundamentalmente en aquellas que difieren del castellano, para que a la hora de usarlas no se comentan faltas gramaticales graves por cambiar el régimen exigido en extremeño.

pecar. act (faltar) pecar [a] act 2 REL pecal act.

aconsejar. act consejal act 2 med consejal-si [de] med, tomal tinu [de] fr.

Tipología

Algunas entradas poseen al término de ellas tras unas barras verticales un indicador TIP tras el cual se da un listado de variedades y tipos de aquello de lo que se ha dado la equivalencia. Suele tratarse de frutos, productos o artilugios claramente diferenciados por el léxico en extremeño y que no siempre poseen una correlación en castellano.

bollo. m (abolladura) bollu m. 2 CUL (de pan) bollu m || TIP bollinu m (|| para bocadillos); molleti m (|| bollo de pan tierno); bolluela f (|| bollo fino con poco azúcar).

Indicadores semánticos

Con el fin de determinar lo máximo posible el uso de cada acepción, las entradas suelen presentar entre paréntesis y en cursiva aclaraciones sobre el ámbito de uso de la acepción, así como si es aplicado a ser vivo o cosa o los diversos matices que puede contener o la orientación de significado con relación a los sentidos del castellano, ya que, usualmente, el extremeño hace uso de palabras distintas. Esto permite, errar lo menos posible en la aplicación de una voz si el estudiante no está familiarizada con ella o el hablante no está muy seguro de su uso.

ilusionar. act ilusional act, hazel ilusión fr 2 (esperanzar) aficional act 3 (engañar) engardillal, engolondrinal act 4 med ilusional-si med.

crédito. m (credibilidad) creeera f; (dar crédito a) hazel fé [en] fr 2 (opinión) créditu m || fr no dar ~: no dal créditu [de] fr 3 (dinero) créditu m.

distante. adj (dicho de un lugar) desviau, -á adj; (dicho algo que ocurre distante en el tiempo) despaciau, -á adj 2 (dicho de alguien) despegau, -á adj.

Las observaciones se hacen en relación al tipo de palabra, usando a menudo sinónimos en el caso de verbos o sustantivos o comenzando por dicho de en caso de adjetivos. También estas aclaraciones permiten introducir voces, locuciones o expresiones relacionadas con el lema, que de otra manera quedarían fuera del diccionario.